Paz, Prosperidad y Salud…esto es lo que se suele desear por las Fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Lo que quiero desearte yo hoy, en el solsticio de verano (o invierno según de donde me leas) es otra cosa.

Estoy segura que a nadie se le ocurrió desearla a nadie: te deseo VULNERABILIDAD.

En mi trabajo de Coach Ontológica, eso es un tema muy recurrente en las conversaciones con mis coachees (así se definen las personas que acuden a mi servicio profesional).

Qué es lo que nos hace sentir vulnerables?

Te invito a pensar un momento: cómo te conectas, por ejemplo, tu, con esa emoción?

La vulnerabilidad puede gatillar en cada uno en situaciones distintas, aquí van algunos ejemplos que me regalaron mis coachees y la Vida:

Chiara Perucca Coaching Climbing

  • Cuando estás escalando una pared de roca de 300 metros y te sientes infinitamente chiquitita frente a la majestuosidad del paisaje que te rodea.
  • Cuando se te pincha una llanta y tienes que pedir a algún pasante que te ayude.
  • Cuando tienes que admitir que no sabes algo ( ACÁ  puedes  leer más sobre el poder de declarar No Sé).
  • Cuando te permites reírte de ti mismo y de tus defectos frente a tus hijos.
  • Cuando te atreves a mostrar tus emociones frente a los demás ( cuánto sueles tú, por ejemplo, mostrarte  a los demás con miedo? Dejas que te vean triste? Te permites ser contento de tus logros frente a los otros?).
  • Cuando de un día al otro te echan del trabajo.
  • Cuando el doctor te diagnostica una enfermedad grave.
  • Cuando declaras Te Quiero, Gracias, Perdón a alguien…
  • Cuando salimos del vientre de nuestra madre y somos fragilidad pura..

Y  cada una de estas situaciones es una gran oportunidad para sentirnos libres, humildes, humanas/os y profundamente auténticos.

Veamos más en detalle todas las posibilidades que se pueden abrir en las situaciones anteriores

  • Liviandad al asumir de no tener el control de todo.
  • Conectarse con la humildad; mostrarse auténtico, genuino y digno.
  • Celebrar el misterio de la vida y tomar conciencia de su finitud.
  • Recibir ternura. La vulnerabilidad es el más poderoso disparador de ternura: es pura química, al mirar a un recién nacido inmediatamente sentimos gana de cuidarlo y protegerlo.
  • Entregar y recibir confianza (acaso confías en quien tiene una actitud intimidatoria?)
  • Establecer relaciones de cercanía y complicidad; reírse de uno mismo y con los demás.
  • Abrirse al aprendizaje y poder invitar al otro a aprender con confianza.
  • Hacerse acompañar, permitir que te toquen y te transformen dejando cualquier coraza.

(Y lo más increíble para mí al volver a leer este artículo y esta lista,  es que Todas estas posibilidades juntas suelen abrirse en una conversación de coaching!!).

Ojo, que esto de permitir que te toquen  no es solamente metafórico: es literal!

Hay un ejercicio que hago a veces con mis coachees en que les invito a cerrar los ojos y concentrarse sobre una parte de su cuerpo… pongamos, por ejemplo, la rodilla.

En un segundo momento, aún teniendo ellos los ojos cerrados, les toco con mi dedo la rodilla. Luego les pido que sintieron, cual cambio notaron entre la primera y la segunda parte de la experiencia y suelen contestarme: “Cuando me tocaste, la rodilla se movió”.

Así no más de simple. Si me pongo corazas por miedo a ser vulnerable,  no puedo dejar que me toquen, y que eso me mueva y me transforme.

Había una vez,  un Ángel.

En esa epoca, su jefe,  Dios, orgullosísimo, estaba a punto de estrenar frente al ejército celestial su última creación, que se llamaba Ser Humano.

Antes del estreno, el  angel decidió pedir una cita de urgencia  a Dios en su oficina.

“Señor, tengo que expresar una profunda inquietud que me lleva a pensar que su invento todavía no esté listo para el público estreno”

“Oh, decime, que le pasa? Notaste algún fallo técnico?”

“Si señor. Esa bolsa que envuelve todos sus órganos y huesos, esa… Piel… es demasiado vulnerable. Es extremadamente sujeta a cortes, quemaduras, y golpes en general. Sería mejor contemplar otro prototipo que tenga una coraza adecuada para que no se puedan generar heridas ni queden cicatrices.”

“Gracias Angel, pero me siento obligado a rechazar tu interesante propuesta: una coraza le quitaría todo el Encanto a mi Invento”

“Porque Señor? no  entiendo” dijo el angel.

“El otro día , dijo Dios

leí en Instagram un post que decía que las cicatrices son las fisuras por la cual entra luz en nuestro cuerpo… y  me convenció… por lo tanto,  no quiero quitar al Ser Humano esa oportunidad de iluminación interior.

Por el otro lado, la vulnerabilidad de la  piel es maravillosa.

Es justo lo que le permite ser tan sensible como para  percibir el suave toque de una caricia.

Y las caricias son lo mejor para curar las heridas y transformarlas en luminosas cicatrices”.

(Chiara Perucca)

Cuantas corazas tienes tú hoy que te no te permiten recibir caricias, sanar y transformarte?

Quieres que te acompañe en desmantelar algunas y descubrir el lado luminoso de tus cicatrices?

Te invito a contactarme ACÁ para agendar una sesión de coaching conmigo!

Las citas se agendan segun disponibilidad: modo presencial o por skype.

Idiomas disponibles: italiano, español y francés.